Tal día como hoy, 16 de Febrero de 1914, se inaugura en el
Hospital San Vicente (Nueva York) un nuevo servicio de urgencias en honor al
Dr. Norman Francis O’Loughlin, el cirujano a bordo del Titanic y una de las
muchas víctimas del desastre.
El Dr. William Francis O’Loughlin nació en Irlanda. Era
huérfano, fue criado y educado por su tío.
Estudió en el Trinity College de
Dublín y el Real Colegio de Cirujanos de Dublín. A los 21 años residía en Southampton y su mala salud le
convenció para iniciar una carrera en el mar. Estuvo navegando durante 40 años
y era cirujano a bordo del Olympic antes de ser transferido al Titanic.
De acuerdo con uno de sus colegas, el Dr. JCH Beaumont,
Francis O’Loughlin tenía serias dudas sobre unirse al Titanic: “Si tenía
premoniciones sobre el Titanic yo no lo puedo decir, pero sí se que durante una
charla con él en el Western Hotel South, él mismo me dijo que estaba cansado de
estar cambiando de un barco a otro. Cuando expuso esta idea al capitán Smith
éste le reprendió acusándolo de perezoso y le dijo que hiciera las maletas y se
fuera con él. Así el destino de Francis era embarcar en el Titanic en busca de
su fatídico final y el mío fue embarcar en el Olympic” (Dr. JCH Beaumont)
Al día siguiente de la inauguración del nuevo servicio de
urgencias en el Hospital de San Vicente el New York Times publicó el siguiente
artículo:
NEW
YORK TIMES
Martes 17 de Febrero de 1914
Un nuevo servicio de urgencias en el Hospital de San Vicente,
equipado y amueblado como un monumento al Dr. Norman Francis O’Loughlin, el
cirujano de la nave principal de la White Star Line, el cual pereció en el
desastre del Titanic, se dedicó ayer al uso de discapacitados marineros. La
sala se encuenra en la planta baja, frente a la entrada de la calle One, cerca
de la Séptima Avenida. Consta de tres habitaciones separadas, una para el uso
general que contenía nueva camas, una con tres camapas para los pacientes en el
delirio y el tercero con cinco camas para prevenir ante un desbordamiento o
para las mujeres pacientes cuando sea necesario.
El comité encargado de erigir un monumento al Dr. O’Loughlin
comenzó su trabajo poco después del hundimiento del Titanic. El memorial, como
se propuso originalmente, consistió en un laboratorio que se erigió en el techo
de San Vicente, pero por no cumplir los requisitos de la Oficina de
Construcción, se decidió equipar una sala de emergencias. San Vicente fue
seleccionado para este propósito debido a que recibe a la mayoría de los
marineros heridos y fue el hospital en el que el Dr. O’Loughlin era un
visitante constante en la asistencia de los marineros. En los ejercicios de
ayer el Dr. Edward C. Tito, durante muchos años un socio del Dr. O’Loughlin,
dijo: “Dr. O’Loughlin, cuya memoria perpetuamos, fue cirujano durante cuarenta
años, él era un visitante habitual en este hospital, antes de morir me dijo: Si
muero en tierra,
espero que mi sepultura sea en paz, sino por todo lo que es
apropiado, debería estar envuelto en un saco y se hundirme en el mar, he
viajado durante cuarenta años”.
Mientras que la ceremonia de inauguración transcurría, Angel
Grillo, un aparejador naval, fue llevado al hospital con heridas internas que
resultan de una caída de una torre de perforación del mástil en un muelle. Hubo
ocho marineros en el hospital ayer.