Ruth Elizabeth Becker, una superviviente del Titanic, llega
hoy hasta nosotros. Otra de las incansables historias ocultas del Titanic, de
esas que nunca nos cansaremos de oír, de esas que al leerlas es como si
estuvieras viendo un montón de diapositivas pasar, una tras ot ra y no puedes dejar de
leer, ni de mirar.
Ruth Elizabeth Becker embarcó en el Titanic con tan solo 12
años y su historia es una clara exhibición de la humildad de las personas, no
importa su edad o tamaño, incluso viviendo una tragedia de tal envergadura, que
muchos de nosotros no hubiéramos salido del shock, una niña de 12 se llenó de
valor y consiguió sobrevivir al hundimiento más conocido del mundo, el del RMS
Titanic.
Ruth vivía en la India en 1899, su hermano enfermó y su
madre Nellie decidió trasladarse, junto con el resto de la familia desde
Michigan a Nueva York, para que su hermano pudiera tomar el tratamiento que
necesitaba. Así pues, Ruth, su madre, y hermanos menores (un hermano y una
hermano) embarcaron a bordo del mágico buque como pasajeros de segunda clase.
Su padre esperaba en la India para reunirse con su familia en Nueva York unos
meses más tarde.
Cuando Ruth y su familia embarcaron en el buque más grande y
más lujoso del mundo quedaron totalmente asombrados de la majestuosidad y la
supremacía
del barco. Pero era tal la elegancia y la grandeza del RMS Titanic
que tras su fatídico hundimiento solo consiguió que la tragedia fuera aún más
impactante. Cuando el Titanic chocó contra el iceberg el viaje de Ruth y su
familia tomó un aspecto aterrador, todo el lujo se hacía invisible ante un
inmenso bloque de hielo que amenazaba incesante a 2.200 personas.
Nellie, la madre de Ruth, consiguió embarcar en el bote
salvavidas nº11 con sus dos hijos menores, lamentablemente no quedaba espacio
en el bote para la pequeña Ruth. Nellie no pudo sostener sus lágrimas cuando
fue separada de su hija, la cual ocupó un lugar en el bote salvavidas nº 13, el
cual cuando fue bajado al mar estuvo a punto de ser aplastado por el bote nº15
que se evitó cortando las cuerdas del bote y se deslizó hacia el agua en el
último momento, sin causar daño alguno al otro bote.
Cuando los escalofriantes gritos de las personas que se
encontraban en las gélidas aguas en medio del Atlántico Norte ensordeció sus
oídos, Ruth trataba de consolar a una mujer de nacionalidad polaca que ocupaba
un hueco en el bote de Ruth, la cual no paraba de llorar por haber tenido que
abandonar a su bebe en otro bote, de la misma manera que Ruth fue apartada de
su familia. Ruth no entendía alemán pero hacía lo imposible por consolarla. En
una situación así, un abrazo puede salvar tu vida.
Por fin, el bote nº13 llegaba al Carpathia con Ruth a salvo
donde consiguió volver a reunirse con su familia tras horas de tensión y de
espera, a la deriva en un bote en plena noche helada. Ruth no solo se alegró al
volver a esta con su madre y sus hermanos, también le emocionó comprobar que la
mujer polaca también logró reunirse de nuevo con su bebé.
Durante muchos años, Ruth evitaba a toda costa hablar de tan
terrible suceso pero años más tarde empezó a hablar sobre ello y realizó varias
apariciones en convenciones de Titanic Historical Society con otros
supervivientes del Titanic.
Ruth Becker, a sus 99 años de edad realizó un crucero a
México, no había subido a un barco desde el “increíble viaje inaugural del
Titanic”. Ese mismo año Ruth murió y sus cenizas fueron esparcidas en el mar,
¿dónde? Directamente sobre los restos del RMS Titanic.
Maravillosas historias ocultas del Titanic que nos acerca
solo un poquito más a la noche del 14 de Abril de 1912, aquella trágica pero
fascinante noche que día a día me encandila con alguna de sus historias.